Por primera vez desde que me dedico a los maratones mantuve
todo el proceso de entrenamiento desde Toronto 2011 hasta llegar a Chicago
2012, un buen mantenimiento durante todo el año te ayuda a llegar mucho mejor
al siguiente reto. Los entrenamientos duros empezaron en Julio, los exámenes médicos
decían que había mejorado un poco mi capacidad y eso quería decir que podría entrenar
más rápido con la idea de mejorar mi tiempo esta segunda ocasión en Chicago. El
proceso como siempre fue muy demandante, empezar antes de las 6 de la mañana
todos los días, una humedad extenuante y los ritmos cada vez más exigentes. La mejoría
en la capacidad pulmonar así como la técnica
me permitió cambiar a unos tenis más ligeros donde sacrificas un poco de amortiguación
debido a que ya no apoyas tanto el talón y lo aprovechas en lo ligero que te da
más velocidad. En esta ocasión los Adidas Boost fueron perfectos. Acostumbrado
ya a los climas fríos en lugar de ropa térmica ya pude correr con short y
playera sin mangas.
Llego el día de la carrera, el hecho de haber corrido antes ahí
te da un poco de confianza porque sabes donde se satura, donde es más rápido y
siempre estas consciente de cuanto te falta. Arrancó la carrera a unos 7 grados Celsius en
un día despejado, el sol estaba ahí pero no calentaba gran cosa, 50000
corredores salimos rumbo al túnel que es la primera parte del trayecto. A lo
lejos se veían los corredores elite que sería el único momento que los vería en
vivo, sus ritmos de 3 minutos por kilómetro hacen imposible que los vuelvas
ver. Mi experiencia en los maratones anteriores más mi mejor preparación esta
vez me hizo sentir que los primeros 20 kms. iba flotando y que no había desgaste
alguno en mi cuerpo, eso me dio mucha confianza y después de ir conservador
hasta la mitad decidí acelerar para la segunda parte de la carrera, al llegar
al km 35 empecé a sentir algunas punzadas en los muslos y en las pantorrillas
pero no parecía nada grave, soltando un poco el cuerpo desaparecieron y pude
seguir avanzando con fuerza, en los últimos 5kms ya no tenía más energía para
seguir acelerando pero si la suficiente para mantener el ritmo recomendado por
el coach así que me concentré para seguir así y no perder minutos vitales, al
dar la vuelta en la Av. Michigan rumbo a Bryant Park me di cuenta que estaba
logrando mi record personal y aproveche lo último que me quedaba en un sprint
de 300 mts. Al final cruce la meta en 3 horas y seis minutos, 10 minutos menos
que el maratón del año anterior! Después de ver este resultado decidí correr 2
maratones al año, En el siguiente blog Londres 2013.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario